Respirar... ¿Te cuesta, a veces, parar y esperar con paciencia?

A veces la vida parece detenerse,  me cuesta ver lo que se mueve bajo la superficie. Me esfuerzo entonces por apresurar, por empujar, por "hacer que pase algo" y lo único que obtengo a cambio es cansancio y frustración. Este año se ha movido lentamente, en la superficie, claro. Dentro de mi mente, mi corazón […]

A veces la vida parece detenerse,  me cuesta ver lo que se mueve bajo la superficie. Me esfuerzo entonces por apresurar, por empujar, por "hacer que pase algo" y lo único que obtengo a cambio es cansancio y frustración.

Este año se ha movido lentamente, en la superficie, claro. Dentro de mi mente, mi corazón y mi espíritu el cambio ha sido intenso y profundo. La transformación se ha dado en mi conciencia: después de tres meses de restablecer la conexión con el Espíritu en mí  y también con las partes de mi ego para descubrir mi Propósito, hoy siento que vivo en y desde esta conexión. Sin embargo, aparece esta parte mía que quiere que esta revolución interior se vea manifestada en el mundo lista y completa... Al escribirlo no puedo menos que sonreír. Veo la "sinrazón" de mi deseo y el desgaste inútil de mi impaciencia.

Sí, es una parte de mí... esa que le teme a la espera, a la quietud, esa que cree que debe forzar a la vida... sola... y que evalúa el movimiento lento de la vida como una prueba de fracaso, como un argumento para la desilusión y la renuncia. En mi mente, escucho su voz diciéndome: "No tiene sentido dar estos pasos, total no va a pasar nada; ¿no lo ves? Si lo que quieres está destinado a suceder, debería pasar ya, rápido y fácil..."

¿Alguna vez has escuchado a esa voz? ¿Alguna vez has sucumbido a su consejo y has abandonado un proyecto, una intención, porque las cosas no pasan rápido y son difíciles?

Yo lo he hecho y la desilusión y la tristeza que esa parte mía pretendía evitarme han sido el resultado final.

Crecimos en esta cultura del "go for it", del "make it happen"... Sin duda hemos aprendido que "fácil y rápido" son indicadores de que la Vida nos sonríe y cuando no es fácil ni rápido, debe ser que no es así. Cómo nos cuesta el "segundo acto", esa etapa de la historia en la que los héroes enfrentan dificultades y retos sin descanso. Nos cuesta no tener garantizado el éxito de la aventura, encontrar fuerzas cuando estamos comenzando el viaje y ya sentimos que nos duele el cuerpo y nos pesa la misión. Sostenernos sin recibir recompensas inmediatas... Dar pasos en territorios desconocidos y con tesoros inciertos.

Hoy recibí esta guía: "Respira.  Ten paciencia, espera, ve lento... Confía"

En otro momento de mi vida esta recomendación me habría enloquecido. "¿Qué? Tener paciencia, confiar... ¿en serio?" Ahora... no. Puedo respirar, puedo esperar. En cuanto a "confiar"... estoy aprendiendo. Siento cómo la Sabiduría a la que estoy dispuesta a escuchar sonríe, amorosa... es paciente conmigo, respira, sabe cómo esperarme, confía en mí. Entonces yo también sonrío y mientras suelto el aire lentamente le digo. "Estoy dispuesta a confiar..."

No sé cómo enseñar a confiar... No puedo darte unos pasos. Ciertamente este es un proceso lento y difícil...

Sólo puedo invitarte a Respirar, al respirar y poner tu atención en el suave ir y venir del aire, tu mente puede entrar en el mismo ritmo que la vida exterior parece tener. Cuando tu ritmo interno se sincroniza con el ritmo externo, resulta más sencillo danzar... Por ahora la música de mi vida me invita a bailar despacio, como un vallenato viejo de esos que se bailan en una sola baldosa, casi casi como si estuviéramos quietos...

Un abrazo.

No sé si alguna vez te ha pasado que tienes "el plan", sabes qué vas a hacer y, obvio, cómo van a resultar las cosas... Y... Nop. Ni haces lo que planeaste ni los resultados son como esperabas.  

En la última semana he sido muy consciente de este fenómeno y también me he dado cuenta de que ya no me molesta tanto como antes.  ¿Qué ha cambiado? 

Por una parte, siento que me cansé de hacer fuerza para que las cosas fueran como yo quería; por otra,  me di cuenta de que, al final, lo que sucedía era perfecto, así no me gustara mucho; finalmente, he aprendido a confiar en serio en la inteligencia que orquesta tanto lo que sucede en mi vida como lo que pasa en la vida de quienes están en contacto con la mía.

Estoy mejorando mi flexibilidad... Y mi confianza en la inteligencia divina. No es que ya esté en nivel de iluminación 100%... Nop, far, far away... Lo que ha pasado es que elijo confiar. A veces me cuesta y hago berrinche: "No me parece. No entiendo por qué tenía que pasar esto. Qué rabia lo que hizo aquella persona. La verdad, la verdad, creo que en esta te descachaste...". Estas son algunas de mi frases cuando estoy en "Modo Queja" con Dios. Él me deja hablar, es muy amoroso y paciente conmigo cuando me pongo así. Luego sonríe, incluso a veces se ríe a carcajadas. Entonces, haciendo pucheros, termino riendo yo. Y en ese momento, cuando estoy dispuesta a aceptar lo que pasa, puedo pedirle que me ayude a comprender el propósito de lo sucedido... Hacer esto una y otra vez es lo que ha fortalecido mi confianza; elegir comprender, ver lo que pasa desde una perspectiva más grande.

Hace 2 días me cancelaron un contrato, en medio de la ejecución. Esto nunca me había pasado. No cumplí las expectativas de alguien y, bueno, eso pasa. Cuando me lo dijeron, sentí un gran alivio. Esa fue la primera cosa que leí como una señal de que era bueno para mí lo que estaba pasando. Luego me di cuenta de que podría acompañar a mi hijo a su primera presentación de teatro y el alivio se volvió alegría... En fin, en menos de una hora había identificado 8 razones más que hacían de esa "pérdida" una inmensa ganancia.

En esta ocasión ni siquiera entré en Modo Queja, y aunque ya tenía muchas razones para estar en paz con lo sucedido, le pedí a mi Maestro Interior (las voces de la Inteligencia Divina) que me ayudara a comprender el propósito de esa experiencia. Además de conocer a muchas personas bellas y buenas, de aprender un montón de mi amiga y compañera de trabajo, de recibir el dinero suficiente para saldar una deuda y de aprender varias cosas sobre un tipo de negocio que no conocía, lo que sucedió tenía como propósito que yo reconociera 2 cosas fundamentales: que mi bendición no es para todo el mundo y que, cuando sé que me están guiando, la evaluación no pertenece a categorías o expectativas de nadie, ni siquiera las mías.

Ahora es tu turno, recuerda que no hay aprendizaje sin acción. Esta es una práctica para fortalecer tu Confianza:

  1. Identifica si estás "peleando" con algo que pasó o está pasando. Sabrás si estás peleando con eso, si vuelves a ello una y otra vez, si te quita la paz.
  2. Amplía tu percepción: enumera por lo menos 2 buenos efectos de lo que pasó o está pasando. Si eliges verlos, lo harás: siempre encontramos lo que buscamos.
  3. Cierra los ojos y conéctate con esa parte tuya que ve más, que sabe más, y pídele que te ayude a comprender el propósito de esa experiencia. Respira, escucha...

Espero que te sirvan la reflexión, la historia y la práctica. Si es así, compártela, puede servirle a alguien más. Un abrazo,

Carolina.

Hace algunos meses hice varios videos acerca de esas recomendaciones que nos hacen y que nos suenan tan bien... Son buenas recomendaciones, son sensatas, son sabias... Y como no sabemos cómo (expresión vulgar editada) hacerlo, nos sentimos mal, poco evolucionadas/os, poco espirituales!!! "Ámate a ti misma", "Suelta el control", "Confía en ti"...  fueron las recomendaciones sabias a las que me referí entonces.

Hoy quiero conversar sobre esta otra: "Actúa desde amor, no desde el miedo".  ¿Qué significa eso? ¿Cómo lo hago? ¿Por qué debería hacerlo?

El miedo y el amor son las dos emociones desde las que surgen todas las otras. En esencia, cuando sientes amor tiendes a conectar, unir, integrar; cuando sientes miedo, a separar, dividir, fragmentar.  Si sientes miedo es porque ves en la situación, la persona o la experiencia una forma de ataque, una amenaza.

Imagina una reunión de trabajo en la que Martha debe presentar un proyecto de transformación de los sistemas de información. Martha ha trabajado mucho, junto con su equipo, y el proyecto responde a los cambios en el entorno y en la industria.  En la reunión están Juan y Pedro, dos integrantes clave del equipo directivo que llevan más de 15 años en la empresa. Cuando Martha presenta el proyecto, Juan responde: "No, eso no va a funcionar; va a ser una inversión inútil, a la gente no le va gustar y la verdad no veo para qué nos metemos en este asunto, si las cosas, mal que bien, funcionan". Pedro dice y pregunta: "Martha, se nota que han hecho un trabajo impecable, gracias por tu esfuerzo y el de tu equipo. Ahora, ¿nos puedes explicar con más detalle lo que han pensado que necesitaremos hacer para implementarlo? ¿Qué necesitarían, tú y tu equipo, de nosotros para facilitar esta transición?

Juan respondió desde el miedo: miedo a no saber, a perder su posición, a perder su empleo, a sentirse inadecuado... Pedro, desde el amor: reconociendo al otro y valorándolo, con curiosidad, dispuesto a aprender, a colaborar, pensando en el bien común...

Supón ahora que el proyecto se va a implementar; ¿para quién crees que será más fácil? ¿quién será un agente de integración y quién, uno de fragmentación?

Claro, aunque podemos entender qué significa y por qué es mejor actuar desde el amor... Sigue sonando a recomendación sabia porque no sabemos cómo...

En este video, hablaremos de cómo identificar nuestra forma de actuar desde el amor o desde el miedo y también, sobre cómo elegir cada vez más acciones amorosas... 

No hay aprendizaje sin acción; así es como practicas el amor:

Paso 1: Identifica en tu cuerpo cuando se contrae... el miedo está ahí. ¿Cuál es la amenaza que percibes?

Paso 2: Para, respira. Conéctate con la intención de ver esa situación de una manera diferente. Date cuenta de cómo se transforma tu disposición corporal...

Paso 3: Elige una acción distinta de la reacción habitual desde el miedo. Elige y actúa desde el amor.

Un abrazo,

Carolina.

 

 

Es enero, hace poco me mudé a una casa nueva... Ordenar era necesario!! Además, cuando estaba en medio del trasteo, recordé un libro del que me habló una amiga, "La magia del orden",  en el que la autora nos guía a través de un sencillo método de ordenamiento que tiene por objetivo ayudarnos a sentirnos felices con lo que nos rodea... Compré el libro y lo leí, pero sólo hasta esta primera semana de enero tuve tiempo y energía suficientes para emprender la tarea!!

Siguiendo las recomendaciones de Marie Kondo, comencé con la ropa... Sacarla y ponerla toda sobre la cama, luego tomar cada prenda con las manos y preguntarme si me hace feliz... Si no me hace feliz, agradecerle y ponerla a un lado... Luego, doblar y colgar lo que se queda conmigo porque me hace feliz. Muchos ganchos vacíos y gran cantidad de espacio en los cajones y anaqueles... Al terminar, realmente me sentí liviana y sentí también la abundancia. Sí, aunque quizás tengo ahora la mitad de la ropa que tenía en diciembre; la que ahora tengo me hace feliz...

Sin embargo, lo que más llamó mi atención fue el proceso de conciencia que viví al ordenar mi ropa. Al pensar en qué tipo de ropa me hace feliz, me di cuenta de que todos los cambios que he vivido en los últimos 3 años se reflejan también en la forma como me quiero ver... En lo que me hace sentir cómoda.

En la pila de "regalar" quedaron faldas y vestidos, blusas y pantalones "sueltos": ropa que comencé a usar cuando me formé como coach y creí que debía tener una imagen más ejecutiva... No era yo, yo no soy una "ejecutiva"... También tenía muchas blusas de un sólo color, y me di cuenta que ahora prefiero las flores, los arabescos, los diseños con mandalas o figuras geométricas... colores, muchos colores. Me encantan lo tenis y ahora hay tan bellos diseños!!, tengo dorados, plateados, negros y rosa brillantes... Prefiero los jeans y los pantalones de telas flexibles (ceñidos mas no apretados), también me gustan los sacos abiertos de distintos diseños más que los abrigos...

En fin, me di cuenta de que esta transformación radical de mi vida me ha puesto en un lugar en el que me siento cómoda y feliz con esta persona que estoy siendo, estoy feliz en mí y conmigo; necesito el color y la luz en todos los espacios de mi vida y... Ya no pienso en la "imagen que debería proyectar", sólo pienso en lo que me hace feliz... 

Ordenar también puede ser una Ceremonia!! Un tipo especial de ceremonia que te ayuda a ver cómo has cambiado y a celebrarlo. 

Si todavía no la has hecho, te invito a realizar la Ceremonia de Fin y Comienzo de Año, para crear lo que anhelas en los próximos 360 días!!

[button link="https://www.carolinaalonsoc.com/wp-content/uploads/2017/12/Ceremonia-de-fin-y-comienzo-de-año-1.mp3" type="big" color="silver"] Descarga el audio aquí[/button]

Un abrazo, Carolina.

PD: Te regalo el comienzo de Reinventa el Amor...  Haz click sobre la imagen para acceder.

[button link="https://www.carolinaalonsoc.com/tienda/" type="big" color="black"] CÓMPRALO AQUÍ[/button]

La diferencia entre vivir tu vida o que la vida "pase" está en la conciencia que tenemos de aquello que generamos o de cómo experimentamos lo que sucede sin nuestro control.  La clave está en el nivel de conciencia.  

Es probable que creas que eso del "nivel de conciencia" es para seres muy avanzados o especiales. No lo es, se trata de aprender algunas prácticas que nos permitan darnos cuenta, como si pudiéramos salirnos un instante de nuestro cuerpo y ver lo que pasa como una película: ser testigos de la experiencia al tiempo que protagonistas...

En algunos momentos podemos ser conscientes durante la experiencia: nos damos cuenta de lo que pasa, de cómo nos afecta y tomamos decisiones. Infortunadamente esto no es lo más común. Dado que lo más común es que vayamos respondiendo a lo que pasa y nos pasa de manera menos consciente, es necesario parar con alguna frecuencia para ver hacia atrás y también hacia adelante.

El ejercicio de ver hacia el pasado se llama Reflexión y el de ver hacia el futuro, Proyección. Y el tiempo y las prácticas que destinamos a reflexionar y a proyectar es lo que aquí llamo una Ceremonia. Las ceremonias no pueden hacerse en la cabeza!! Es necesaria la expresión sensible: por eso usamos objetos y realizamos prácticas a los que otorgamos significados.

Hay ceremonias instituidas por nuestros sistemas sociales, como los sacramentos de la Iglesia Católica o los grados escolares y universitarios; ceremonias de nombramiento en cargos, de aniversarios, de celebración de contratos, de inauguraciones... En general, una ceremonia es un ritual de paso, el umbral que atravesamos para dejar un mundo e ingresar a otro nuevo. 

En nuestra cultura hemos perdido mucho del sentido de estas prácticas, no nos detenemos a darnos cuenta, a comprender qué estamos dejando atrás y qué posibilidades se abren, así como las responsabilidades que traen consigo los mundos nuevos ni los aprendizajes que nos dejaron los que estamos abandonando... No nos preparamos, no tomamos decisiones conscientes... Por eso es importante realizar ceremonias, y este es un tiempo propicio...

¿Qué ganas cuando realizas una Ceremonia, en este caso de Cierre y Apertura de año?

  • Gratitud y Confianza: la gratitud expande tu conciencia de abundancia y de estar respaldada/o por la Vida (por Dios, por el Universo...).
  • Aprendizaje: el aprendizaje no surge espontáneamente de la experiencia, surge de evaluar la experiencia y asumir la responsabilidad por ella. Sin aprendizaje nos condenamos a repetir la historia.
  • Poder creador: esta es la diferencia entre "desear" que algo pase y "crear" esa realidad. Todos tenemos un infinito poder creador que usamos todo el tiempo; dado que no vivimos conscientemente, no usamos nuestro poder sino que vivimos a merced de nuestras fabricaciones (lo que creamos desde el miedo, no desde el amor).

Hoy te invito a realizar una Ceremonia de Cierre del 2017 y Apertura del 2018.

Durante esta práctica aprenderás a:

  1. Celebrar y agradecer
  2. Evaluar y aprender
  3. Imaginar, conectar y escuchar la guía de tu GPS

Preparación: todas las ceremonias requieren preparación. Para esta no necesitas nada complejo, sólo dispón de 2 horas y de dónde y con qué escribir.  Si puedes realizar esta ceremonia acompañada/o, sería ideal: las ceremonias son actos comunitarios, de tener compañeros y testigos también emana su poder. Si no puedes, te indicaré cómo crear esa presencia, no te preocupes. También puedes poner una música suave que te inspire, encender una vela o poner incienso... Eso depende de ti, de lo que a ti te guste para crear un contexto favorezca tu conexión.

Escucha el audio, recuerda que puedes detenerlo el tiempo necesario para escribir y reanudarlo cuando estés lista/o para continuar.

CEREMONIA DE CIERRE Y APERTURA: PARA CREAR LO QUE ANHELAS

[button link="https://www.carolinaalonsoc.com/wp-content/uploads/2017/12/Ceremonia-de-fin-y-comienzo-de-año-1.mp3" type="big" color="black"] DESCARGAR AQUÍ[/button]

OTRA INVITACIÓN:

Compra el libro REINVENTA EL AMOR.              Puedes adquirirlo en físico (si estás en Colombia) o digital (para leer en tus dispositivos y  para imprimir en casa...)

TE OBSEQUIO EL COMIENZO... HAZ CLICK EN LA IMAGEN PARA ACCEDER.

 

 

Cuando era niña, disfrutaba con extraña intensidad la Navidad. No se trataba de los regalos porque cuando era niña la lista se reducía a un ítem porque el resto eran las cosas útiles (ropa, sobre todo) que el Niño Dios traía para ayudarles a los papás. A mí me gustaba armar el pesebre, con todo y su lago de espejo, río de papel aluminio, musgo seco (práctica poco ecológica, sin duda...), casitas hechas en plastilina y palitos de paleta; también me gustaba rezar el rosario y hacer la novena. Los vecinos tenían también bellos pesebres y diciembre era un mes lleno de encuentros. Yo rezaba y cantaba con alegría, con mucho fervor; podía pronunciar las palabras impronunciables de los villancicos ("Emmanuel preclaro, pastor del rebaño...") y sentía que Jesús estaba allí, escuchando, presente y feliz.

Y luego, cuando comenzaron los secretos, comenzó mi miedo a Dios. No sólo lo que yo comencé a callar, a ocultar, sino mi conciencia sobre los secretos de los demás en mi familia. Las primeras cosas que callé fueron mi confusión, mi tristeza. Yo era "la niña juiciosa, buena y bonita", y pegadita a esos atributos estaba una obligación implícita: "Debes estar bien y ser feliz".  Todo lo que fuera en contra de "juiciosa, buena, bonita, bien y feliz" empecé a ocultarlo.  Cuando tenía 9 años mis papás tuvieron una pelea y mi papá se fue a quedar a la casa de mi abuela materna (una de las razones de mi confusión). Mi papá se había enredado con una vecina -eso es lo que recuerdo- y mi mamá le dijo que se fuera de la casa. Es la primera gran pelea de la que tengo memoria. Pero yo no entendía cómo mi abuela dejaba que mi papá se quedara con ella si él le había sido infiel a su hija... Mi hermano intercedió para que él volviera, eso tampoco era lógico para mí porque mi papá era "el malo de la historia", era infiel, le pegaba a mi hermano, gritaba... ¿Por qué lo querían de regreso? Yo no entendía.

Yo creía que si mi papá se iba, todos los problemas de la familia se arreglarían, entonces ese era mi deseo, que se fuera... Pero no podía decirlo y menos cuando parecía ser la única que lo deseaba; sentía rabia, con mi papá, claro, pero también con mi hermano y con mi mamá.  Cuando mi papá regresó a la casa y volvimos a vivir "como si nada", yo me sentí mala, sentí que mi deseo, mi rabia y hasta mi confusión eran malas.  Sentí vergüenza y también me supe distinta de los demás en mi familia; callé y me aislé, jugué el juego de "aquí no pasa nada".  La siguiente Navidad ya no canté ni recé con alegría; ya no quería estar en presencia de Jesús, porque yo era mala, yo era diferente. Yo sabía que Dios podía verme y pensé que si yo me alejaba, Él no podría verme; aunque en mi vergüenza estaba la certeza de que Él ya no me quería...  Tuve miedo y decidí alejarme primero.

Imagen

¿Cuál es la pregunta que te mueve? Esa pregunta que está en tu corazón y que, cada tanto, se escucha más fuerte que todos los ruidos del mundo exterior. Creo que esta pregunta re-aparece con intensidad siempre que nos sentimos ajenas o ajenos a nosotros mismos, viene con esta sensación de extrañarnos.
 
Para mí es como una alarma del GPS, una voz que me dice: “¿Sabes dónde estás y hacia dónde vas?” Entonces paro, porque me doy cuenta de que me perdí. Muchas veces esa alarma tiene forma de enfermedad o de cansancio permanente, otras veces tiene forma de malas decisiones –una tras otra– o de encuentros poco afortunados. Tú sabes cuándo se ha prendido la alarma de tu GPS; también sabes cuándo la has ignorado... La paradoja está en que peleamos con la alarma, en lugar de escuchar sobre qué nos alerta!!
 
Hace un mes mi alarma sonó con fuerza; claro, yo no quería que pasara lo que pasó, pero si he aprendido algo en los últimos años es a no pelear con la alarma... Me sentí triste, cansada, desanimada. Otra vez, como cada tanto, perdida.
 
Entonces la pregunta que me acompaña volvió a surgir: “¿Qué sentido tiene esto?”; esta es mi pregunta. Desde que era niña me he preguntado por el sentido en sus dos opciones: sentido como dirección y sentido como significado. Creo que la vida es un relato, una trama, en la que cada evento y cada personaje juegan un papel esencial en la definición de la dirección y del significado de la historia en general. También creo que la Trama (con T mayúscula) de la existencia requiere que cada uno de nosotros encuentre su sentido y el coraje para vivir de acuerdo con él.  
 
¿Para qué pasó esto? ¿Hacia dónde me quiere mover este acontecimiento? ¿Qué significa? ¿Qué me está mostrando? Claro, me tomó tiempo encontrar las respuestas y un poco más recuperar el entusiasmo; estoy en esas.
 
Quizás a ti, como a mí, te pasa que crees que no tienes con quién compartir esa pregunta. Últimamente me he dado cuenta de que no estoy sola. Somos muchas “extrañas criaturas” en busca de un espacio para indagar en paz, para bajarle el volumen al ruido del mundo y permitirnos escuchar claras y diáfanas las preguntas del alma.
 
Crear este lugar en una parte esencial del sentido de mi trama... Si quieres contribuir a esta construcción, ponte en contacto conmigo.
 
Un abrazo en forma de pregunta...
Carolina.