Los celos no son una emoción, son un "complejo sistema de ideas" (un "rollo mental") que genera múltiples emociones: rabia, miedo, tristeza, ansiedad...
Cuando decidimos hacer algo para no sentir celos o para transformar nuestra relación con un celoso / celosa, podemos lograrlo enfocando nuestros esfuerzos en el sistema de ideas. Creo que esta distinción es muy importante porque podemos hacer de los celos un fenómeno sobre el cual no tenemos poder, una fuerza que nos controla... o verlos como el resultado de un proceso mental perverso que podemos deshacer.
Shakespeare creó a uno de los personajes más trágicos de la literatura: Otelo. ¿Su tragedia? Lo perdió todo enredado en la trampa de los celos. Veamos qué puede enseñarnos Shakespeare sobre cómo liberarnos de esta trampa siempre mortal, porque aunque no terminemos matando o muriendo, mataremos sin duda la relación con esa persona que tanto tememos perder...
Otelo está casado con Desdémona, una hermosa mujer proveniente de una cultura diferente. Son de razas y tradiciones distintas; su matrimonio fue concertado y se realizó sin que estos dos extraños pudieran conocerse.
Si ya no nos relacionamos de esa manera "acordada"... ¿Qué tiene que ver eso con nosotros? Pues resulta que muchos de nosotros no conocemos realmente a la persona con la que estamos; nos cuesta trabajo abrir conversaciones sobre asuntos fundamentales, asumimos más de lo que sabemos, nos guardamos nuestras dudas para no mostrarnos desconfiados o vulnerables, para evitar conflictos o sacar a la luz diferencias esenciales que podrían acabar la relación. Entonces llenamos los vacíos con nuestras deducciones; proyectamos sobre el otro nuestros miedos y terminamos enredados en la telaraña de los celos.
Yago es el oscuro y ambicioso personaje que siembra en la mente de Otelo las semillas de la duda. Sabe que puede destruirlo para quedarse en su lugar y usa la incapacidad que tiene Otelo para comunicarse con Desdémona como el fértil suelo para sembrar los celos.
Quizás tú no tengas un ambicioso Yago a tu alrededor; sin embargo, es posible, que tu ego - la personificación de tus miedos e inseguridades - te susurre al oído las semillas de la duda para sabotear tu relación, para que confirmes algunas de tus creencias (las mujeres / los hombres no son confiables; el amor es una mentira; siempre me abandonan, etc., etc., etc. Tu ego, como Yago, quiere arrebatarte el poder...
Otelo habita en su mente, parece disfrutar -- de manera masoquista -- de la elaboración de conclusiones, del rastreo o la invención de evidencias, de anticipar futuras venganzas y reacciones...
Parece que es otra estrategia de nuestro ego esta de mantenernos en el pensamiento "conspirativo", en darle vueltas y vueltas a un set limitado de ideas que se sustentan unas a otras, puesto que no tienen asidero en la realidad. La desconfianza nos aísla, nos separa de los otros y este es el objetivo principal del ego. Además, este pensamiento inmoviliza, nos mantiene girando sobre un mismo punto... Esperando que, quizás, los otros o la vida hagan algo, decidan por nosotros.
Espero que esta reflexión abra posibilidades para ti... Que te sirva para crear las relaciones, la vida y el mundo que anhelas, que todos anhelamos.
Un abrazo, Carolina.