Quizás lo primero es que también me suena a esas indicaciones de "Suelta el control, ámate a ti misma, deja ir lo que debe irse..."; o sea, algo fácil de decir y no tan fácil de lograr.
Encontrar el balance ha surgido como una necesidad en este momento de mi vida porque me estoy encontrando con mis límites. Eso significa que aunque hay muchas cosas que quiero generar y lograr para mí y para otros, me doy cuenta de que estoy desequilibrando la balanza en términos del cuidado que yo requiero, del descanso y el juego que necesito.
Durante los últimos 20 años he nutrido mi mente y mi alma, ignorando a mi cuerpo. Que ahora me pasa una notificación con carácter urgente: "Escúchame, cuídame, nútreme con la misma conciencia que a tu mente y a tu alma". Así que estoy escuchándolo y aprendiendo de él para saber cómo necesita ser cuidado y nutrido.
Me cuesta. Sobre todo aceptarlo. Y siento miedo, el miedo de ser una aprendiz en este territorio. Escribirlo ahora es... difícil. Y lo comparto porque creo que es algo que a todos nos ha pasado o puede pasar.
Mi relación conmigo misma, mi amorosa relación conmigo, tiene un enorme componente en este cuidado, en este balance. Así que tiene lugar esta reflexión en este espacio en el que aprendemos a crear las relaciones, la vida y el mundo que anhelamos.
Una decisión que he tomado es dejar de hacer Tenemos que hablar semanalmente; a partir de hoy, sólo haré 2 Tenemos que hablar mensuales. Estoy en "Modo: ahorro de energía", por decirlo de alguna manera, y estoy comprometida conmigo, con crear el balance que me permita generar lo que anhelo para mí y para ti y muchos otros sin pasar pon encima de mi propio bienestar.
Mi invitación para ti, hoy, es a observar con amorosa curiosidad cómo estás creando el balance o el des-balance en tu vida. Date cuenta de si tu cuerpo, tu pareja, tu familia... están enviando señales o, incluso, notificaciones urgentes. ¿Las escuchas? Si no, ¿qué temes? Sólo observa con auténtico deseo de saber...
Disfruta de este video y de esta reflexión de Nigel Marsh. Haz clic aquí:
Cómo balancear la vida y el trabajo
Un abrazo,
Carolina.