En el episodio "Los peligros de creer en Vivieron felices para siempre" te dije que hablaríamos sobre la aceptación. Bien, hoy tenemos que hablar sobre por qué y cómo aceptar.
Para mí, la aceptación y la escucha están íntimamente relacionadas y te contaré cómo entiendo esa relación. ¿Por qué? Pues porque no sé cómo se enseña a aceptar, pero sí sé cómo desarrollar nuestra habilidad de escuchar.
Quiero regalarte esta poderosa plegaria, La Oración de la Serenidad. Cuando la pronuncio desde la confianza, en verdad me devuelve la paz, porque me pone en manos de Lo que Sabe, de su Guía:
Entrégame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar.
El coraje para cambiar las cosas que sí puedo
y la sabiduría para conocer la diferencia.
Reinhold Niebuhr
Ahora es tu turno, recuerda que no hay aprendizaje sin acción.
- Elige una situación, una relación, en la que te sientas confundid@.
- Cierra los ojos, respira.
- Di en voz alta la Oración de la Serenidad. Vuelve a respirar y emprende el viaje hacia dentro.
- Escucha lo que pasa en tu mente; lo que te dices a ti mism@ a propósito de esta situación o relación. Imagina que estás espiando tras la cortina, lo que se dice en ese espacio. Distingue si se trata de una sola voz dominante o de varias deliberantes. Imagina tu mente como una sala del congreso y escucha lo que pasa en esta sesión plenaria.
- Escucha con amorosa curiosidad y con esa disposición de espionaje: ¿Qué hay detrás de toda esta palabrería? ¿Qué es lo que todas estas ideas que van y vienen quieren encubrir? ¿De qué te están distrayendo?
- Escucha lo que está más allá, eso que tanto ruido no te permite escuchar con facilidad, eso es lo que necesitas aceptar. ¿Tu miedo? ¿Tu culpa? ¿Tu inmenso talento? ¿Tu poderosa contribución? ¿Tu vulnerabilidad? ...
Gracias, como siempre, por leer, por ver, por escuchar y por atreverte a reflexionar y a actuar para aprender. Gracias por compartir esta conversación y ayudarme a extender la posibilidad de crear un mundo que refleje el amor que somos.
Un abrazo,
Carolina.