Cuando se habla de la sombra suele asociarse a algo "negativo", como si habláramos del "lado oscuro" de la personalidad o de "la fuerza"... Esa asociación incorrecta hace que temamos reconocer la sombra y entrar en ella para sanar.
Paradójicamente, ese temor y nuestra resistencia a entrar en ella, hace que su influencia en nuestras acciones sea mayor; cuánto menos conocemos nuestra sombra, más a su merced estamos.
Hoy Tenemos que hablar sobre la sombra y les quiero leer también una preciosa historia... La historia de Julia, la niña que tenía sombra de niño, de Christian Bruel & Anne Bozellec.
También quiero invitarte a inscribirte en Preparándote para Amar, un poderoso viaje de transformación para re-conectarte contigo y aprender a relacionarte desde el amor, no desde el miedo...
Ahora es tu turno, recuerda que no hay aprendizaje sin acción.
- Cierra los ojos un instante, respira, trae a tu conciencia un recuerdo reciente de un momento en el que tuviste que "disimular" algo tuyo (un pensamiento, una emoción, una forma de actuar...) y recupera en el cuerpo la sensación de "encajar"... Respira y con amorosa curiosidad, pregúntate cómo te sientes y qué necesitarías para sentirte, ahora, reconectada o reconectado con aquello que enviaste al territorio de la sombra...
Un abrazo, Carolina.
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