Soltar el control... Sí, pero... ¡¡¿CÓMO?!!

Quizás alguna vez has recibido esta recomendación: "Suelta el control, permite que las cosas fluyan..." Y te ha parecido lógica, sensata... "Claro, tengo que soltar el control, eso es... Ajá, sí. Soltar el control... —aquí paras, respiras, juntas las puntas de tus dedos pulgares y corazones— soltaaaar el controool, soltaaaar el controoooooool —repites— y...mmmmm..."

No puedes, no pasa, no sientes que estés fluyendo, no logras que tu mente pare de buscar explicaciones, soluciones y alternativas. Entonces te frustras porque no tienes control sobre tu controladora mente!!!

Bueno, a mí me ha pasado. Yo he intentado dejar fluir... Y después de unos minutos, horas o días, he regresado al frenético rol de "Gerente General del la Vida".

Hoy voy a compartir contigo un hallazgo reciente, un método sencillo que me ha permitido abrir la posibilidad de no controlar, de dejar el timón en "algo" mejor calificado para guiar la nave.