Fue a finales del 2009; acababa de estrenarme en esta labor de la maternidad y necesitaba una dosis de fantasía y romance para equilibrar el exceso de realidad. Entonces Diana me habló de esta saga que tenía cautivadas a las adolescentes de su colegio y, después lo comprendí, a mujeres de todas las edades en medio planeta. Yo no fui la excepción, me dejé cautivar por la prosa fácil y la dramática mirada de Bella, el vampiro me sedujo, después el licántropo me resultó más seductor. En el tercer libro comencé a cansarme un poco y creo que terminé el cuarto por aquello de "ya me leí 2000 páginas, cómo no saber el final..."
Al elegir esta historia para el Ciclo Amores de Novela lo hice por el impacto en el imaginario amoroso de tantas mujeres... Debo decir que la historia provoca en mi esposo y en otros hombres que conozco el menosprecio, la burla y una incomodidad hasta sospechosa... De ellos no tenemos que hablar hoy, sólo hago el comentario para que "quede en el acta".
El amor que rescata: si tengo que resumir todas los motivos y las historias que aparecen en Crepúsculo, Luna Nueva, Eclipse y Amanecer, diría que desarrolla una de las fascetas narrativas más fuertes de la tradición occidental: el amor que rescata, salva, enaltece, restablece el orden... Propio de los cuentos de hadas, de las telenovelas, del anhelo que alimentan las princesas y los príncipes.
Hoy Tenemos que hablar sobre el amor que rescata...
Ahora es tu turno, recuerda que no hay aprendizaje sin acción.
- Si existiera un príncipe / princesa que viniera a tu rescate, justo ahora, ¿qué forma tendría este rescate?
- ¿Qué tendrías que hacer tú para rescatarte de la situación en la que estás?
- ¿Qué ayuda podrías pedir?
Un abrazo,
Carolina.